lunes, 21 de mayo de 2012

De regreso a casa

Hace mucho que no venia por acá. Tanto así, que ya blogger no estaba en el historial de mi computadora. Han pasado tantas cosas en estos últimos meses que mi mente simplemente estaba muy aturdida para poder unir una cosa con la otra y escribir. Para mi escribir es una forma de desahogo, gran parte de mis oraciones están escritas. Cuando hablo con mi Señor, me gusta hacerlo con papel y lápiz. Muchas veces regreso, y leo lo que le escribí y puedo ver como su mano poderosa ha obrado en mi. En coacciones son gritos de auxilio muy cortos, en coacciones son acontecimientos diarios, largos y tediosos. Sin embargo, la mayor parte de el tiempo, cuando estoy hablando con El, es mi corazón y alma lo que escribo en esas paginas. Muchas veces las palabras no salen de mi boca, me postro ante el cansada, sin aliento y sin palabras, entonces, muy suavemente su voz susurra a mi corazón; "hija escribeme"
Pienso en los salmistas, en todas las oraciones de suplica, de agradecimiento, de alabanza, escritas en el libro de los Salmos. Se que mi Señor sabia que hay personas, como yo,  a las cuales las palabras habladas le quedan cortas, pero en el papel, encuentran un cambas infinito. A mi Señor le gusta escribir, cada letra de su Santa Palabra me lo muestra, cuando al caminar por ella encuentro aliento, dirección, y paso a paso conozco un poco mas de su corazón infinito. Es allí cuando regreso a casa. Después de días duros, llenos de lagrimas, de confusión. O quizás después de días tranquilos, y llenos de alegría. Mientras me refugio en su presciencia meditando en su palabra, se que El vive, no solo en el cielo, sentado en su trono celestial, sino que El vive en mi. Ha encontrado morada en mi corazón, no por quien yo soy, sino por quien El es. Hay un coro que dice: "porque el vive, no temo el mañana. Porque el vive, seguro estoy. Porque yo se, yo se, que el futuro es suyo. y que la vida vale porque el vive hoy."
Abba, hoy quiero darte gracias porque vives! y porque me has dado vida. Gracias por estos últimos meses en los que me has enseñado tanto, sobre todo porque nunca me has dejado sola.