lunes, 17 de septiembre de 2012

Mi vida en cajas: Cubiertos


En realidad no tenia idea de todas las cosas que teníamos guardadas hasta que vi todas esas cajas en mi sala. Sabiendo que no era todo, solo podía pensar en hacerlas desaparecer sin que mi esposo se diera cuenta. Ocupaban un espacio que en otro tiempo estaba muy ordenado y despejado. Sin embargo, los tiempos cambiaron y ahora solo quedan los recuerdos de aquellos días.  Hace ya mas de seis años a tras recuerdo estar sentada frente a la computadora haciendo nuestro regisatro de regalos para nuestra boda. Entre otras cosas, escogí un juego de cubiertos que me gusto mucho. Imaginaba mi mesa lista para la comida con mis hermosos cubiertos en su lugar. Seis años mas tarde, estaban allí, no en una mesa lista para la comida; sino dentro de una caja, en el paquete original sin haber sido abiertos...
Jesús les dijo: Yo Soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. (Juan 6:35). A traves de los evangelios, vemos a Jesús compartiendo con otros la comida. Ya sea que el proveyera la comida (multiplicando peces y panes) o cuando lo invitaban a comer (como en el caso de Zaqueo). En sus ultimas horas, antes de ser crucificado, compartió lo que ahora se conoce como la “santa cena” con sus discípulos. Incluso una de las acusaciones que hicieron contra Jesús fue de ser glotón.. Sin embargo, Juan 6:35 nos da un punto bastante importante, lo cual para mi, es la razón por la cual Jesús le gustaban las invitaciones a comer. Jesús nos afirma que El es el pan de vida, y que todo el que viene a El nunca mas tendrá hambre. Al Jesús asistir a tantas comidas de una u otra forma nos mostró la necesidad de alimento que todos tenemos, pero muchas veces no es alimento físico el que necesitamos, sino el espiritual, y por alguna razón solo nos conformamos con el alimento físico. Durante todas esas comidas, Jesús les invito a todos a comer de El, sin embargo no todos lo hicieron y se conformaron con la comida física ofrecida. Pero los que si comieron de El, jamas tuvieron hambre otra vez. Soy salva hace ya casi 4 años y mi vida esta en El, aun así, en ocasiones cuando quito mi enfoque de El, El nuevamente me invita a comer, a compartir tiempo con El, y recordarme que en El estoy satisfecha. El me recuerda que esa necesidad que tengo, es porque mi enfoque no esta en El, sino el lo vacío del mundo, de mi situación. 
Al ver esa caja de cubiertos sin abrir, no pude evitar el pensar en cuantas ocasiones no acepte Tu invitación a comer. Cuantas veces me invitaste a alimentar mi espíritu con Tu palabra y por los afanes de la vida decidí quedarme hambrienta. 
Tus misericordias son nuevas todos los días y gracias a eso es que hoy puedo ir y sentarme a comer contigo. Porque tu invitación siempre esta abierta y puedo venir a ti. Gracias por tu perdón, gracias porque a pesar de mi infidelidad tu sigues siendo fiel. Gracias porque mi fe no depende de mi, sino de ti.
I love you Abba!